La necesidad de ser uno mismo, encontrar tú sitio es inherente a individuos y marcas.
Hace años que KH7, el emblema de Lloreda, hacía bandera de su singularidad. En su última campaña televisiva parecía que la marca, aun apostando por un gran director español para su spot, rebajaba el tono subido de su mensaje.
Ya se había moderado con Bayona, que utilizó una estética futurista y una Chus Lampreave como contrapunto terrenal
Una senda iniciada con el desaparecido Bigas Luna. Que imprimió su sello personal rompiendo esquemas en lo que a publicidad de la categoría se refiere.
¿Pero que alternativas tienes cuando te enfrentas a gigantes como procter & gamble? Que llevan años invirtiendo ingentes cantidades de GRP’s para cimentar sus campañas..
¿Juegas a lo mismo, te conviertes en un me too? Con lo que pocas alternativas tienes excepto la de tener un mejor precio. O eliges otro camino.
Lloreda eligió ser diferente.
Sin duda su última acción responde a este principio y es totalmente coherente con su identidad. Con esta perfomance de street marketing en plena plaza Callao la marca logró crear expectación, comentarios, ruido mediático siendo fiel a si misma.